OBRA SOCIALPREVENCION

El dengue es una enfermedad viral trasmitida por un mosquito, el aedes aegypti. Se trata de un insecto pequeño, oscuro con rayas blancas en el dorso y en las patas de hábitos domésticos, que deposita sus huevos en lugares donde se acumula agua.

En la actualidad, los envases no retornables, de lenta o nula degradación, abandonados en espacios públicos y en domicilios, así como otros elementos que conservan pequeñas cantidades de agua por varios días, se convierten en espacios propicios para la propagación del mosquito vector del dengue y de la fiebre amarilla. Otros factores que contribuyen a este fenómeno son la temperatura y humedad adecuada, una alta concentración poblacional y la circulación de migrantes de países vecinos con endemias de dengue y brotes de fiebre amarilla.

No todos los mosquitos contagian el dengue, sólo aquellos que previamente picaron a una persona enferma.

El período de incubación de la enfermedad varía de 3 a 14 días, con un promedio que oscila entre 4 y 7 días.
Las personas que la padecen son infectantes para los mosquitos desde el día previo al inicio de los síntomas y hasta el quinto de su desarrollo. Esta enfermedad no se transmite de persona a persona.
Se pueden presentar tres manifestaciones clínicas que dependen de la edad del paciente: fiebre del dengue, dengue hemorrágico o síndrome de shock causado por dengue. Los lactantes y preescolares pueden sufrir una enfermedad febril indiferenciada con erupciones en la piel. En los niños mayores y en los adultos el cuadro puede variar, desde una enfermedad febril leve con dolores musculares (especialmente dorsales) y ausencia de síntomas respiratorios, a la forma clásica de inicio abrupto, cuyos síntomas son los siguientes:

  • fiebre alta,
  • dolores de cabeza,
  • dolores musculares y articulares,
  • aparición de manchas en la piel,
  • cansancio intenso.

Las formas graves pueden aparecer acompañadas de dolores abdominales, vómitos, hemorragias digestivas y ginecológicas, y signos de insuficiencia circulatoria. Actualmente no existe una vacuna para prevenir el dengue.
La mejor forma de prevención posible es impedir la presencia del mosquito transmisor en las viviendas y cerca de ellas.
ES MUY IMPORTANTE NO TOMAR ASPIRINAS O IBUPROFENO ANTE LOS SÍNTOMAS.

En el hogar:

  • Evitar mantener recipientes que contengan agua estancada, tanto dentro como fuera de la casa.
  • Desechar todos los objetos sin uso que estén al aire libre y en los que se pueda acumular agua, tales como latas, botellas, neumáticos, juguetes, etc.
  • Renovar el agua de floreros y bebederos de animales día por medio.
  • Alterar la estructura (agujerear, romper, aplastar o colocar arena) de los recipientes que no puedan ser eliminados o cambiados de posición y que puedan resultar potenciales criaderos.
  • Mantener boca abajo los recipientes que no estén en uso: baldes, frascos y macetas, entre otros.
  • Tapar los recipientes utilizados para almacenar agua (tanques, barriles o toneles).
  • Limpiar canaletas y desagües pluviales del domicilio.
  • Evitar la colocación de botellas plásticas atadas a los árboles y canteros.

Para protegerse de la picadura de mosquitos:

  • Utilizar espirales, pastillas o líquidos fumigantes.
  • Aplicar repelentes en aerosol, crema o líquidos en las partes del cuerpo expuestas.
  • Colocar mosquiteros o telas metálicas en las aberturas de las viviendas.

CONTROLAR LA ENFERMEDAD ES CONTROLAR AL MOSQUITO.

Fuente: Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires
Ministerio de Salud
Departamento de Epidemiología
Más información en www.msal.gov.ar